La Regla 2 Minuto de salmo reina-valera 91
Y mi oración regresó a mi propio seno. La oración nunca se pierde; si no bendice a aquellos por quienes hemos intercedido, por lo menos bendice a los intercesores. Las nubes no siempre dejan caer la lluvia sobre el mismo lado de donde asciende el vapor, sino que riegan otro emplazamiento; y, aun Figuraí, las súplicas de individuo u otro sitio